ROXs 42Bb: 339.714 km
Con las tres primeras posiciones, entramos en un terreno complejo. Y es que a partir de ahora, ya no podemos hablar de planetas como tal, sino de lo que se conoce como “acompañantes subestelares”. En resumidas cuentas: cuerpos celestes demasiado grandes como para ser planetas pero demasiado pequeños como para ser estrellas.
Por su enorme masa, se han quedado cerca de convertirse en una estrella. Pero al no llegar, se han quedado en el limbo. En territorio de nadie. Las estrellas no lo aceptan como uno de los suyos. Pero los planetas tampoco.
Un claro ejemplo es ROXs 32Bb. Este cuerpo celeste similar a un planeta gira alrededor de una estrella situada a unos 460 años luz de la Tierra y con la que estuvo a punto de formar un sistema estelar binario, pero su masa no fue suficiente como para que en su núcleo iniciaran las reacciones de fusión nuclear propias de una estrella.
Este planeta tiene un diámetro 2,43 veces mayor que el de Júpiter, que se traduce en casi 340.000 km. Su atmósfera debe ser extremadamente violenta, con vientos muy feroces y una temperatura de unos 1.700 °C. Pero la cosa sorprendente llega con su masa, la cual sería 9 veces mayor que la de Júpiter. Esta es la señal de que este planeta iba en camino de convertirse en una estrella.
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